El planeta rojo

 


Marte es el cuarto planeta del Sistema Solar. Conocido como el planeta rojo por sus tonos rosados, los romanos lo identificaban con la sangre y le pusieron el nombre de su dios de la guerra.

Cuando se halla más cerca de la Tierra, a unos 55 millones de kilómetros, Marte es, después de la Luna, Venus y Júpiter, el objeto más brillante en el cielo nocturno. Puede observarse más fácilmente cuando se forma la línea recta Sol-Tierra-Marte (es decir, cuando está en oposición) y se encuentra cerca de la Tierra, cosa que pasa una vez cada 15 años. Ocurrió por última vez el 31 de julio de 2018, cuando se le vio en la constelación de Capricornio.

La siguiente tabla muestra datos de Marte comparándolos con la Tierra:

Datos básicos

Marte

La Tierra

Tamaño: radio ecuatorial

3.390 km.

6.371 km.

Distancia media al Sol

227.937.000 km.

149.600.000 km.

Dia: periodo de rotación sobre el eje  

24,62 horas

23,93 horas

Año: órbita alrededor del Sol

686,98 días

365,256 días

Temperatura media superficial

-46 º C

15 º C

Gravedad superficial en el ecuador

3,71 m/s2

9,78 m/s2

A causa de la inclinación de su eje y la excentricidad de su órbita, los veranos marcianos son cortos y calurosos, mientras que los inviernos son largos y fríos. Enormes casquetes brillantes, en apariencia formados por escarcha o hielo, señalan las regiones polares del planeta.

Al igual que la Tierra, Marte tiene en su centro un núcleo metálico denso recubierto por capas de materiales más ligeros. Alrededor del planeta giran en órbitas distintas dos satélites naturales, Fobos y Deimos, muchísimo más pequeños que nuestra Luna.

¿Hay vida en Marte? ¿Puede haberla?

Antes de la exploración espacial, se pensaba que podía haber vida en Marte. De momento, las observaciones no han conseguido demostrar si la tiene, aunque podría haberla tenido en el pasado.

En las condiciones actuales, Marte es estéril, no puede tener vida. Su suelo es seco y oxidante, y recibe del Sol demasiados rayos ultravioletas. Sin embargo, tuvo un gran océano hace millones de años y se han detectado trazas de metano, aunque se desconoce si es de origen geológico o biológico.

En 2018 se descubrió un lago de agua líquida y salada bajo el hielo del polo sur marciano. Esto animó el debate sobre la vida en Marte y si se podría terraformar el planeta, cambiando sus condiciones para hacerlo habitable. Por ahora sólo hay especulaciones y abundante ciencia-ficción.

La atmósfera de Marte

Marte tiene una atmósfera muy fina, formada principalmente por dióxido de carbono, que se congela alternativamente en cada uno de los polos. Contiene sólo un 0,03% de agua, mil veces menos que la Tierra. Pero el planeta rojo tuvo antes una atmósfera más compacta, con nubes y precipitaciones que formaban ríos. Sobre la superficie se adivinan surcos, islas y costas.

Se ha seguido el ciclo estacional de Marte durante casi dos siglos. En el otoño marciano se forman nubes brillantes sobre el polo correspondiente. Una fina capa de dióxido de carbono se deposita sobre el casquete polar durante el otoño y el invierno, al final del cual el hielo polar puede descender hasta latitudes de 45°. En primavera y al final de la larga noche polar, la parte estacional se va deshaciendo y muestra el casquete helado del invierno, que se mantiene de forma permanente.

Además de las nubes de dióxido de carbono helado, en el planeta Marte hay otros tipos de nubes. Por ejemplo, se observan neblinas y nubes de hielo a gran altitud. Estas últimas son el resultado del enfriamiento asociado con las masas de gases que se alzan por encima de obstáculos elevados. Durante los veranos del sur son especialmente notables extensas nubes amarillas compuestas de polvo levantado por los vientos.

La superficie de Marte

Marte es un planeta rocoso, formado por minerales que contienen silicio, oxígeno y algunos metales. En su superficie se observan cráteres de impacto similares a los de la Luna, pero también tiene volcanes, montañas, valles y desiertos parecidos a los de la Tierra.

El tono rojizo de Marte se debe a la oxidación o corrosión. Las zonas oscuras están formadas por rocas similares al basalto terrestre, cuya superficie se ha erosionado y oxidado. Las regiones más brillantes parecen estar compuestas por material semejante, pero contienen partículas más finas, como el polvo.

 


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