En un sistema
estelar binario, cada estrella sigue una órbita elíptica. La gravedad
mutua causa que las estrellas compañeras describan sus
órbitas como si estuvieran atadas a los extremos de una goma
elástica que pasara por un punto
de equilibrio entre las dos. Ese punto de equilibrio es el
«centro de masa» del sistema.
Mizar, también conocida como zeta Ursae Majoris, es la
estrella de en medio del mango del Gran Cucharón (la Osa Mayor)
y se encuentra a 88 años-luz de distancia. Fue el primer sistema estelar
binario observado a
través del telescopio.
Las observaciones espectroscópicas del sistema de Mizar
muestran desplazamientos
Doppler periódicos, lo cual ha revelado que las
dos estrellas, Mizar A y Mizar B, son también dos sistemas binarios,
cada una de ellas.
Pero las estrellas compañeras están demasiado cerca para
poderse observar separadamente, ni siquiera con nuestros
telescopios más potentes.
Pero con ayuda de un nuevo interferómetro óptico
capaz de obtener una altísima resolución incluso a través de la borrosa
atmósfera de la Tierra, los astrónomos del Observatorio
Naval de los Estados Unidos y del Laboratorio de Investigaciones
Navales han conseguido detectar la
estrella compañera de Mizar A.
Esta imagen, una composición de sus observaciones, muestra el movimiento relativo dentro del sistema binario, en un plazo de meses y días.
Las estrellas binarias son muy valiosas para los astrónomos
porque se puede saber fácilmente cuánto pesan: sus órbitas
nos dan una medida directa de sus masas.
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