EL DESCUBRIMIENTO DE MESSIER 7
En el año 130 de nuestra era, Ptolomeo catalogó este cúmulo
abierto en su obra Almagest. Lo describió como «un cúmulo nebuloso
tras el aguijón de Escorpio». Es el primer objeto del catálogo Messier,
que ya había sido descubierto en la antigüedad. Más adelante, Edmund Halley
también lo incluyó en su propio catálogo (en 1678), así como otros sospechosos
habituales en el descubrimiento de cuerpos celestes (tales como Hodierna y
Lacaille).
En el caso que nos ocupa, Charles Messier lo descubrió por
su propia cuenta en 1764: «He determinado en la misma noche (del 23 al 24
de mayo de aquel año) la posición de otro cúmulo de estrellas que es más
considerable y más grande (el otro cúmulo que no menciona aquí, es Messier
6) (…). Este cúmulo también es visible a simple vista como una nebulosa:
pero al examinarla con un refractor, la nebulosidad desaparece y uno percibe,
en su lugar, un cúmulo de pequeñas estrellas, entre las que una destaca con más
brillo sobre las demás (…)».
EL CÚMULO DE PTOLOMEO
En este cúmulo
abierto (lo llamamos abierto porque las estrellas que lo componen se
han formado recientemente, y sus estrellas están más repartidas que en un
cúmulo globular) se encuentran unas 80 estrellas de diferentes magnitudes, a
una distancia de entre 800 y 1.000 años-luz de la Tierra. Ocupan un área de
unos 18-25 años luz y nacieron al mismo tiempo hace unos 220 millones de años
(es decir, unos 10 millones de años después de que apareciesen los dinosaurios
en nuestro planeta), pero a pesar de haberse formado a la vez, estas estrellas
han evolucionado de maneras muy diferentes. Se acercan hacia nosotros a una
velocidad de 14 kilómetros por segundo, y la estrella más brillante es una
gigante amarilla.
Curiosamente, en Messier 7 no hay estrellas variables, pero
sí contiene 4 estrellas magnéticas Ap/Bp. Sí, suena a chino, y no, no te
preocupes, no te voy a dejar con la duda. Una estrella magnética no tiene nada
que ver con un magnetar (que es un tipo de estrella de neutrones). En realidad,
lo que queremos decir al llamar a una estrella magnética y luego una letra
seguido de una p, es que estamos hablando de una estrella que tiene una
composición de metales extraña (la p es de peculiar). Por
tanto, las estrellas Ap o Bp son estrellas de tipo A o B (el tipo espectral,
que es lo que determina la letra, es una referencia a la temperatura de la
estrella). Sirio A,
por ejemplo, es una estrella de tipo A (recuerda, la A de su nombre no es por
su tipo espectral, si no porque está en un sistema binario) y Rígel es
una estrella de tipo B.
En estas estrellas, hay sobreabundancia de ciertos
materiales, especialmente raros, como puede ser el estroncio o el europio, y
tienen períodos de rotación mucho más lentos que la habitual en las estrellas
de tipos A y B.
CÓMO VER EL CÚMULO DE PTOLOMEO
Una de las formas más sencillas de ver el cúmulo de Ptolomeo
es buscar las constelaciones de Escorpio y Sagitario. La estrella brillante que
representa el aguijón de Escorpio es Lambda. Si miras hacia el este, aparecerá
un pequeño parche brillante en el cielo, asegúrate de que no lo confundes con
M6, que es más tenue. En unos prismáticos astronómicos, las estrellas del
cúmulo aparecerán con diferentes brillos pero sin mostrar ninguna forma en
particular.
Si estás en una zona con cielos suficientemente oscuros (en
pequeñas poblaciones, por ejemplo) podrás verlo incluso a simple vista.
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